sábado, 18 de mayo de 2013

Un adulto mayor decidido a saltar

Un sudafricano de 96 años llamado Mohr Keet se ha convertido en el hombre más viejo del mundo capaz de saltar al vacío desde lo alto de un puente atado a una cuerda elástica, una de las modalidades del deporte de riesgo conocido generalmente como "puenting", informó hoy la prensa local.

El salto de Keet no fue un salto cualquiera, ya que se precipitó desde el puente Bloukrans, en la provincia sudafricana del Cabo Oriental, situado a 216 metros de altura y uno de los más altos del planeta.

"Fue demasiado corto", dijo Keet tras ser desenganchado del arnés, decepcionado por lo rápido que había finalizado esta experiencia extrema.

Junto con el anciano deportista estaba su hija y también su nieta, además de un auditor legal especialmente desplazado para registrar la hazaña de Keet.

Keet es aficionado a los deportes de riesgo y empezó a practicar "rafting" o paracaidismo cuando había superado la barrera de los ochenta años.


Fuente: http://www.mdzol.com/nota/202675/

viernes, 17 de mayo de 2013

ACTIVIDAD FISICA EN EL ADULTO MAYOR

Aunque en años recientes se ha observado una tendencia positiva hacia el aumento del ejercicio cada vez hay más adultos mayores concientes de que la actividad o la movilidad es necesaria para la salud, no obstante, muchos aún no hacen el esfuerzo para incrementar su nivel de actividad. Las personas que no valoran el ejercicio como medio para mantener la salud óptima, encuentran a menudo excusas para no participar en el programa de ejercicios. El ejercicio implica dedicación y esfuerzo.
 
Si el ejercicio no se valora, el esfuerzo no se hace. El ejercicio es importante para todas las edades, e incluso para personas con enfermedades crónicas. El programa de planificación individualmente basado en los intereses de la persona, sus capacidades y sus limitaciones.
 
El ejercicio regular brinda beneficios tanto físicos como psicosociales. Por el contrario, la vida sedentaria es una muerte parcial que conduce a la abolición de la función, acelera el envejecimiento y constituye un factor de riesgo de morbilidad y mortalidad.
 
Por lo mencionado, es evidente el significado de la práctica de ejercicio en el adulto mayor para optimizar su calidad de vida, mejorando su bienestar general y su vida independiente. El adulto mayor debe asumirlo en su autocuidado como un buen hábito en su estilo de vida, sin importarle si lo hizo o no en el pasado.

jueves, 16 de mayo de 2013

¿Qué puedo hacer para mantener la salud sexual a medida que envejezco?

 

A medida que el cuerpo y el desempeño sexual cambian, es posible que se preocupe sobre cómo reaccionará su pareja. Es posible que se sienta avergonzado o nervioso. Incluso podría evitar la actividad sexual. Pero no se rinda. Existen muchas cosas que puede hacer para compensar los cambios que causa el envejecimiento en su vida sexual. Lea los consejos que se mencionan a continuación y trabaje con su pareja para mantener una vida sexual satisfactoria.


Hable con su médico
Aunque muchos adultos mayores tienen problemas sexuales a medida que envejecen, pocos hablan con sus médicos sobre los síntomas. Su médico puede ayudarlo a mejorar su salud sexual al tratando disfunción eréctil o cualquier otra afección médica. También puede ayudarlo a encontrar medicamentos que no afecten su actividad sexual. Puede sugerirle maneras para que usted y su pareja disfruten juntos de las relaciones sexuales.




Hable con su pareja
 Es posible que al principio sea incómodo hablar abiertamente con su pareja sobre las relaciones sexuales, pero es importante que se comuniquen el uno con el otro. Cuéntele a su pareja sus sentimientos y sus inquietudes. Hable de lo que espera de sus experiencias sexuales compartidas.







Experimente
Si usted y su pareja tienen problemas sexuales, prueben adaptar su rutina. Dedíquenle más tiempo al proceso de excitación. Prueben nuevas posiciones. Sean creativos. Es posible que noten que no tienen relaciones sexuales tan seguido como acostumbraban, pero juntos pueden encontrar nuevas maneras de tener intimidad. Pasen tiempo acariciándose, besándose y disfrutando de la compañía de la otra persona.




Tenga relaciones sexuales seguras
 Los adultos mayores siguen estando en riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (STI, por sus siglas en inglés). Pregúntele a su pareja sobre sus antecedentes sexuales y comparta los suyos. Considere la posibilidad de realizarse juntos una prueba para detectar STI antes de tener relaciones íntimas. Para prevenir las STI, siembre use condón al mantener relaciones sexuales.




Manténgase saludable
 Para mantenerse en forma y ayudar a prevenir enfermedades, asegúrese de hacer ejercicio, comer en forma adecuada y consultar a su médico para recibir cuidados preventivos en forma regular.







miércoles, 15 de mayo de 2013

CAMBIOS DE LA FUNCIÓN SEXUAL EN EL VARÓN ADULTO MAYOR



Los hombres mayores necesitan con frecuencia más tiempo que los hombres jóvenes para conseguir una erección.
Disminución o ausencia en la coloración del glande del pene.
La erección sólo es completa inmediatamente antes del orgasmo.
Dificultad en recobrar una erección completa inmediatamente antes del orgasmo.
Dificultad en recobrar una erección completa inmediatamente antes del orgasmo.
Dificultad en recobrar una erección completa tras una pérdida parcial.
Disminución de la respuesta en la elevación testicular hacia el final de la excitación o el comienzo de la fase de meseta, y descenso  rápido durante la resolución.
Hay una serie de factores, tales como el mantener relaciones sexuales con una cierta regularidad, tener buena salud ( física y psíquica) y una actitud sana, que hacen posible que tantos hombres como mujeres puedan proseguir con su actividad sexual hasta una edad avanzada. Y, así el hombre puede mantener por más tiempo su erección sin eyaculación.

CAMBIOS DE LA FUNCIÓN SEXUAL EN LA MUJER ADULTA MAYOR




Es real que con el paso de los años se dan cambios fisiológicos y físicos, sin embargo, es importante puntualizar que el efecto que estos cambios tienen sobre la actividad, la capacidad y el interés sexual,  varía mucho según las personas. Además es muy importante y preponderante la influencia del ambiente psicosocial.
En contraste con los varones, el pico de interés sexual femenino está entre los treinta y los cuarenta años, y a menudo se mantiene hasta después de los sesenta años.
La menopausia ocurre en la mayoría de las mujeres entre los cuarenta y cinco y los cincuenta y cinco años, y cinco años. Sin embargo, la menopausia por sí misma no parece tener un efecto negativo mayor sobre el interés sexual.
Contrariamente a la mitología de la libido,  de la menopausia, un gran número de mujeres postmenopáusicas experimentan un aumento de la libido, que en parte  se puede deber al efecto no contrarrestrado de los andrógenos por la deficiencia  estrogénica postmenopáusica, o al declinamiento del temor a un embarazo no planeado.
La caída más dramática en el interés sexual femenino tiene lugar entre los sesenta y cinco y los setenta y cinco años, se puede relacionar más de cerca con el cambio en la conducta sexual masculina que con otros factores intrínsecos de la mujer.
Los cambios físicos normales, como un cuerpo menos firme, el cabello gris, las arrugas, tienden a hacer sentir a algunas mujeres que son menos atractivas para el sexo opuesto, y pueden vacilar antes de expresar su interés sexual. Con seguridad es posible decir que en las mujeres hay una disminución en el interés sexual después de los sesenta años, y se debe a causas múltiples.

martes, 14 de mayo de 2013

Reivindicando el Erotismo en la Vejez






Un célebre diseñador transgrede el cánon estético de moda y expresa su cansancio ante “el culto a la juventud”. Un homenaje a la belleza que no le hace trampas al tiempo.

El estadounidense Tom Ford (foto), estrella de la moda en ascenso, impactará sin duda con esta producción realizada como editor invitado del número de diciembre de la revista Vogue France.
Producción de Tom Ford, para Vogue
Tan polémicas como las fotografías que acompañan la presentación en siete páginas de joyas de alto diseño son las explicaciones que da sobre esta elección estética.

En las imágenes, tomadas por el propio diseñador, puede verse a una elegante pareja, de 70 años o más, en una actitud apasionada que tanto en revistas como en cine, televisión y publicidad suele reservarse a los jóvenes.
Producción de Tom Ford, para Vogue
Producción de Tom Ford, para Vogue France


La presentación va acompañada por un original “credo estético” de Ford:
Estoy cansado del culto a la juventud. El rechazo cultural a la vejez, la estigmatización de las arrugas, del cabello gris, del cuerpo surcado por los años. Estoy fascinado con Diana Vreeland, Georgia O’Keeffe y Louise Bourgeois, mujeres que han dejado que el tiempo las abrace sin hacer trampa jamás.

La sociedad actual condena esto, yo lo celebro. Para esta sesión de fotos de joyas finas, imagino a un hombre y una mujer que han estado juntos por largo tiempo, fieles el uno al otro y siempre encendidos por el deseo”.

El Erotismo en la vejez


Contra los prejuicios. Los adultos mayores necesitan, desean y buscan algún tipo de intercambio amoroso. El bienestar corre en fantasías y diversas modalidades de encuentro.



“A la vejez, viruela” es un antiguo dicho popular español que se refiere despectivamente al amor entre los que hoy se definen como “adultos mayores”, y no en vano es el título de una comedia escrita a principio del siglo XIX, que narra los avatares de un amorío entre dos ancianos. Sucede que por ancestrales pautas culturales se considera que la sexualidad, por una cuestión de etapas de la vida, es uno de los tantos aspectos vedados a la vejez, una actividad propia de adolescentes y jóvenes, y no de gente mayor que, según el concepto generalizado, se supone debe transcurrir sus días sosegadamente y lejos de todo tipo de acción, sobre todo de la amorosa.


Sin embargo, y acorde a los tiempos que corren, hoy existe una tendencia a favor de la “viruela en la vejez”, que es cada vez más firme. Es lo que explica Ricardo Iacub, profesor de Psicología de la Tercera Edad y Vejez en la Universidad de Buenos Aires (UBA): “La tendencia en los adultos mayores es formar más parejas. Desde aquella visión que se tenía hace dos o tres décadas, cuando se suponía, por ejemplo, que una vez que enviudaba una mujer ‘no podía rehacer su vida’ porque pertenecía a un solo hombre, hoy asistimos a una ruptura de esa idea. Vivimos en una sociedad que responde más a las demandas individuales, no tanto a ciertos criterios morales muy rígidos. Y, en alguna medida, lo que siente la gente es que le gustaría reanudar una pareja”.



El especialista sostiene que esta tendencia tiene ámbitos específicos, es decir, lugares en los que la gente de la tercera edad tiene posibilidades de socializar. “En organizaciones como en centros de jubilados, es habitual que puedan surgir parejas, y donde hay claramente una demanda de ‘me gustaría tener en algún momento una pareja’. De hecho, una de las quejas más puntuales de las mujeres es que no hay hombres, porque efectivamente hay un defasaje de género, por una cuestión de que las mujeres viven más años o de que se casaron con hombres más grandes. Esto genera que pasen mucho tiempo viudas. Hoy hay una tendencia en la que la persona deja de refugiarse en su familia social, con sus nietos, e intenta seguir formando parejas”, afirma el especialista.


Para Iacub, las limitaciones a la sexualidad y al erotismo en la tercera edad vienen de muy atrás. Griegos y romanos tenían una visión impiadosa de la vejez. “No veían a los viejos como personas que no tuvieran deseos, sino que nadie iba a querer estar con ellos porque eran feos, eran horribles y las cosas que decían de ellos eran espantosas, no tenían límites”, asegura.


Después, la herencia cristiana “no fue mucho mejor porque, justamente, la idea era que la reproducción era el único sentido que tenía la sexualidad”, lo cual excluía obviamente a los ancianos. Sin embargo, el investigador rescata que “en el judaísmo había una invitación plena a que la sexualidad se viva a lo largo de toda la vida”.


Pero lo concreto es que lo que prevaleció del legado de la tradición judeo-cristiana sobre las sociedades occidentales fueron los preceptos restrictivos hacia la sexualidad en la vejez, con lo que los estrictos límites impuestos responden a una cuestión sociocultural y no biológica. “La longevidad no va en contra de la sexualidad, esto es un dato importante. Si una persona llegase física y mentalmente sana y con buenas expectativas, podría tener relaciones genitales hasta los 120 años. Es decir, sin límite”, asegura, y agrega:

“Por ejemplo, lo normal de una mujer mayor es que pueda tener relaciones sexuales más lentas, con más cuidados, pero perfectamente bien, y de hecho la mujer tiene muchos menos problemas biológicos que el varón. La mujer está mucho más preparada que el varón para tener relaciones genitales a lo largo de toda la vida”.

“A nivel funcional, uno de los cambios más radicales es el tiempo de la sexualidad. Es decir, hay un progresivo enlentecimiento en todas las fases de la sexualidad, tanto en el varón como en la mujer. Por ejemplo, a un varón joven le basta un simple estímulo visual para tener una erección en segundos; en cambio, un varón mayor va a requerir otros estímulos (manuales, orales) y mucho más tiempo”, agrega Iacub.

Otro elemento que aporta a la sexualidad durante toda la vida de los individuos de todos los géneros es lo que comúnmente se denomina “ratoneo”. “El ser humano siempre sigue teniendo fantasías sexuales. Y por eso es muy importante destacar que la genitalidad es una parte de la sexualidad, pero después hay otra parte inmensa que es el erotismo”, señala.

En definitiva, venciendo tabúes y censuras que se hunden en los siglos, el erotismo, la sexualidad y el romance en el atardecer de la vida se suman a la oferta de los adultos mayores de las sociedades modernas, cada vez más dispuestos a lanzarse a una aventura que todavía tiene mucho de desafío a las costumbres adquiridas.

En geriátricos es difícil Iacub considera que la formación de parejas y el romance no son para nada comunes en los geriátricos. “Lo que puede llegar a haber es lo que infantilmente se llama ‘novios’, una parejita que se haga cierto nivel de cortejo”.

La razón es la fuerza del prejuicio en estas instituciones. “El joven entiende que el adulto mayor no tiene sexo, que ya abandonó el erotismo cuando corteja”, sostiene Luciano Ponce, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y del Cepram. “En los geriátricos –explica, está la imagen del ‘abuelito’ y los cuidadores dicen ‘el abuelito está de novio con Martita’. En realidad, son lugares donde ni siquiera hay espacio para tener relaciones sexuales”.

Sin embargo, Iacub reconoce algunas instituciones, “como los geriátricos de la Nación, y muchos provinciales, con reglamentaciones muy progresistas a nivel de la sexualidad, y donde una pareja homo o heterosexual puede pedir una habitación si son novios, y se la tienen que dar”.

“En estos lugares se responde más a la demanda de los viejos. En los geriátricos privados se responde más a las demandas de los hijos”, afirma. “Entonces que los establecimientos públicos no sólo permiten juntarse, están construidos desde el discurso gerontológico actual que propende a que el adulto mayor viva como un adulto joven, es decir, donde no se lo infantilice y donde no se piense que es un sujeto extraño o singular, sino que es como uno de nosotros que tiene 20 ó 30 años más, nada más”.



Revanchas de la vida


“Trabajando con adultos mayores uno se da cuenta de que la sexualidad es una moneda de intercambio mucho más frecuente en la vejez de lo que uno se hubiera imaginado e, incluso, resulta un indicador de salud”, dice el psicólogo Luciano Ponce.

“En mi experiencia, particularmente con pacientes mujeres mayores se a notado que muchas están dispuestas a reconfigurar su vida social y afectiva, pero de ningún modo piensan abandonar la vida erótica que han llevado hasta el momento”.

“Además, pasa algo muy interesante: las mujeres que vivieron su sexualidad primaria como una obligación marital, a los 70 años no es extraño que redescubran la sexualidad en otro punto y muy probablemente con su segunda pareja”.


Fuente:   http://gerontologia.maimonides.edu/2012/10/erotismo-en-la-vejez-un-signo-de-salud/

domingo, 12 de mayo de 2013

SEXUALIDAD Y ADULTO MAYOR


Con el paso de los años se producen condiciones fisiológicas y físicas que actúan de diferente manera en hombres y mujeres. El efecto que tienen sobre la actividad, la capacidad y el interés sexual varía mucho, según las personas y esencialmente dependen de la enorme influencia del ambiente social.

Sin embargo el tema de la sexualidad en personas adultas mayores, sobre todo en el ámbito nacional, está muy lejos de contar con contribuciones serias que aporten al condicionamiento sobre el tema. En todo caso, los estudios que se encuentran están dentro del campo de las ciencias de la salud y carecen de un enfoque de género y por tener un sesgo biológico, manifiestan su profunda “miopía” para acercarse de manera holística al problema del ejercicio de la sexualidad en aquellas personas que superan la barrera de los 60 años.

Entre los prejuicios de la vejez es encontrarnos con la apreciación de que es una etapa asexuada, el mito de que los ancianos no están interesados en la sexualidad, hasta hace poco  se creía que el contacto sexual era de esperarse en los adultos jóvenes, pero era anormal cuando se trataba de adultos mayores.




 
Es por ello que hoy en día es todo un reto para las personas mayores que superan la barrera de los 60 años buscar nuevas alternativas para ejercer su sexualidad. Constatar esta realidad es muy importante para quienes tienen que ver con la salud integral de las personas, para que éstas no renuncien a su derecho de ejercer su sexualidad y obtener placer.

El tema de la sexualidad en las personas adultas mayores, con una adecuada perspectiva de género, identificando las diferencias entre hombres y mujeres, constituye un excelente tópico que permite levantar el tema sobre el respeto que merecen las personas adultas mayores en el ejercicio de sus derechos sexuales.
 
 
 
 
 
 

Fuente :




-Autocuidado de la salud para el adulto mayor "Modulo X"