Generalmente este problema social
es vivido en silencio. Si no se hace una denuncia,
persiste en las víctimas el ciclo
de violencia y los agresores quedan en impunidad.
• Por deseo de
proteger al agresor de las consecuencias de sus actos.
• No lo
consideran necesario.
• Por amenaza de
institucionalización.
• Por vergüenza,
miedo y deshonra.
• Por una
percepción errónea que hace visualizar como normal el maltrato recibido.
• Por déficit
cognitivos y sensoriales (demencia).
• Por
encontrarse en situación de dependencia. Esto es, no valerse por sí mismo.
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