domingo, 19 de mayo de 2013

Un ejemplo de salud con 86 años

Para tener buena salud el atleta Sixto Retamal recomienda dejar al menos 30 minutos para ejercicios cada día. 
 

Falta de tiempo no es excusa para dejarse envejecer, dijo el atleta senior. (H. Bariiga)

 

Sixto Retamal Navarrete es reconocido atleta senior probablemente en Latinoamérica. Pero a él no le gusta hablar de deporte sino de hacer ejercicio, porque con el primer concepto la gente piensa en esfuerzo y a él le gusta hablar del beneficio de la actividad.

Ha participado de cuanto campeonato de atletismo ha habido en la zona, desde que tenía 58 años. Y aunque partió tardíamente en la rama, su aproximación al deporte comenzó a los 13 años con su primer trabajo, que le exigía gran esfuerzo físico diariamente. Pasados los 30 practicó judo, pero fue a partir de la recomendación de un vendedor viajero que se tomó enserio esto de hacer ejercicios y cuando se trasladó de San Carlos a Chillán, se venía trotando unas tres veces al mes.

Y mientras se iba documentando se encontró un libro del autor del test de Cooper que hablaba de los trotes y el dijo "Y ¿por qué yo no?"

- ¿Cómo fueron sus inicios en el atletismo?

A los 38 años yo practicaba judo, karate y después empecé a trotar por los caminos transversales que eran malos, disparejos, con declive y unas zapatillas rascas (se ríe), me salían los perros, menos mal que en ese tiempo también practicaba yoga. Y de repente veo a Max Burgos, que yo lo conocía, en el diario que había competido en Concepción, y hablé con él, le dije que quería integrarme pero que yo no era atleta, que yo corría no más.

Así comenzó don Sixto a los 58 años, participando primero en las pruebas largas de atletismo, hasta que terminó realizando todas las pruebas de la rama, desde los 200 metros planos hasta el lanzamiento del martillo, pasando por el decatlón. Le tomó 7 años hacer todas las pruebas. La maratón fue la última de todas: completó los 42 kilómetros a los 65 años. "Todos pensaban que yo estaba loco cuando dije que iba a conseguir hacer todas las pruebas, y yo dije 'tranquilo si yo las voy a hacer todas', hasta que llegué a Santiago y me acompañaron en moto a la maratón que en esos años hacía la clinica Herch".

Entre tantas vivencias, y lo entretenido que resulta escucharlo contar que "me daba baños de barro en el camino, luego del trote, y salía a trotar a 'pata pelá' sin polera en la plaza de San Carlos para incentivar a la gente a correr", destaca la vez que luego del salto con garrocha, en lugar de caer en la colchoneta cayó en el cemento: "todos pensaban que me había roto entero, pero yo como practico judo se caer. Pero hay que decir que somos medios masoquistas los deportistas también".

- ¿Cómo tiene que ser la actividad física en Chile?

No podemos estar con una hora de educación física porque esa hora se reduce a diez minutos. En primer lugar el profesor debe ser un deportista activo, igual que el médico, para que sepa como reacciona el cuerpo frente a tal o cual esfuerzo. Yo enseño cosas pero yo las hago primero. Aquí el profesor está con abrigo, con zapatos, otros fuman o son obesos, y eso no puede ser. Hay que ser constantes y hacer ejercicios todos los días. Esa gente que dice que no tiene tiempo, yo les digo que el día tiene 1440 minutos, deje 30 para usted y haga ejercicio moderado y estiramiento. Eso mejora el tono muscular, relaja, expande el sistema cardiovascular, evita lesionarse y mejora la postura. Y ojo con la comida, ojalá que sea vegetariana, y no olviden comer en la mañana, porque mucha gente no lo hace.

Cuenta que se levanta y sale al patio a saludar al sol, hace sus ejercicios, abraza a un árbol para cargar energía y se ducha con agua fría todo el año. "Cuando entrenamos yo les digo sonría, aplauda, un abrazo, ríase porque eso es salud social y eso trato de inculcarle a la gente. Al final ellos dicen: está loco este gallo" (se ríe).

- ¿Si tuviera que elegir algo que enseñarle a un niño, qué sería?

La constancia, la confianza en uno mismo, a quererse mucho, a hacer las cosas con amor, y lo que aprenda practíquelo. Yo quiero que mi experiencia le sirva a la gente, a mi familia, a mis compatriotas.

Lejos de la actividad comercial, que en otro tiempo lo tuvo al mando de la ferretería La Nacional, antiguamente situada en calle el roble con Isabel Riquelme, Retamal dice que hoy hace el mejor de los negocios: "cuido de mi salud, hago ejercicio y enseño a grupos en la Universidad del Bío-Bío y por eso me dieron el premio Educa Bío-Bío". Esta distinción recibida en 2004, representa el gran aporte de este hombre que, firme en sus convicciones, con una rutina diaria de ejercicios y una vida sana se ha convertido en modelo de salud y calidad de vida.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario