domingo, 30 de junio de 2013

El cuidado al final de la vida

 

 


Unir los conceptos del cuidado al final de la vida con los principios y prácticas de los cuidados paliativos y los proveedores de servicio social puede ofrecer al adulto mayor y su familia un espectro completo de oportunidades y opciones de tratamiento, apoyo y cuidado de la salud, que se extienda al periodo del duelo. El resultado final puede ser una mejor calidad de vida para el paciente y los cuidadores, libres de dolor innecesario, sufrimiento y discontinuidad en el cuidado.

El cuidado al final de la vida requiere una aproximación de compasión activa que trata, conforta y apoya individuos mayores que viven o se hayan en el proceso de morir de condiciones progresivas o crónicas. Tal cuidado, como ya decíamos al inicio, es sensible a los valores personales, culturales y espirituales, creencias y prácticas e incluye el apoyo a la familia y amigos hasta el periodo del duelo.

1. El cuidado de los cuidadores

Cuidar al adulto mayor al final de la vida puede causar estrés, pero muchas veces es una experiencia que reconforta. Ofrece oportunidades para demostrar amor y afecto, para potenciar la unidad y mejores relaciones en la familia, para reflexionar sobre el significado de la vida, el crecimiento personal y el autoconocimiento.

La mayor parte del cansancio del cuidador proviene de factores como la falta de tiempo personal, el tener que trabajar adicionalmente, y además los problemas de comportamiento que se producen en el paciente. Los cuidadores necesitan mejor apoyo del que normalmente reciben. Es importante reconocer que hay una diferencia entre el cuidador familiar y el profesional.

2. El duelo

El duelo es una reacción compleja emocional, cognitiva y perceptiva que acompaña la pérdida. Envuelve la separación dolorosa de alguien o algo que hemos amado mucho y duele profundamente. El duelo puede ocurrir antes y después de la muerte. La preparación psicológica y social previa a la muerte puede disminuir el impacto de la muerte y sus consecuencias. Es la vivencia de la separación de una parte de la vida a la que uno estaba existencial y espiritualmente apegado.

La recuperación después del duelo es el componente final, en cuanto sobrevivir la muerte de una persona amada y encontrar significado y propósito en la vida después de la muerte.

En la experiencia de la recuperación, después del duelo, hay diferencias de género. En la viudez, la mujer sufre más de depresión y visita más al médico, puede expresar mejor sus emociones, busca apoyo social. El hombre corre mayores riesgos de problemas de salud: suicidio, enfermedades cardiovasculares, accidentes, alcoholismo; evita confrontar sus sentimientos, habla menos de sus pérdidas y busca menos apoyo social.

3. Factores asociados con la depresión en el duelo en el adulto mayor

  • Sentido de culpabilidad.
  • Pensar que estaría mejor muerto o debería haber muerto con la persona fallecida.
  • Sentirse indigno.
  • Retardo psicomotor marcado.
  • Experiencias alucinatorias de ver transitoriamente la imagen de la persona fallecida.

4. Características de los agentes de salud proveedores de servicio social en el cuidado al final de la vida

Los agentes de salud y los proveedores de servicio social experimentan estrés emocional diariamente como resultado de experimentar la muerte progresiva del adulto mayor y su enfermedad.

Se puede obtener, sin embargo, satisfacción por el trabajo en los cuidados paliativos: valorar a cada individuo, experimentar la reciprocidad de dar y recibir en las relaciones, tener una buena comunicación con verdadero sentido y significado y ayudarse mutuamente, sentirse próximo al adulto mayor y compartir parte de lo que uno es; la oportunidad de hacer diferencia en la vida de otro.

Ayudar al adulto mayor a lograr la salud óptima capacitándolo para hacer todo lo que es capaz de hacer; ser capaces de dar opciones a los pacientes, reconociendo que ellos dirigen sus propias decisiones, así como, de personalizar el ambiente del hospital de forma que los pacientes puedan sentirse más en su casa.

Asistir a las familias de los pacientes para que aprendan a enfrentarse al cuidado de un familiar que se está muriendo en casa, aprendiendo, al mismo tiempo, de los pacientes y familia. Ser capaz de proveer a las familias de buenos recuerdos en medio de tiempos difíciles. Ayudar al paciente a encontrar significado al sufrimiento. Oportunidad de aprender habilidades y a desarrollarse como persona. Tener buenas relaciones y el apoyo de los colegas. Evaluar la propia mortalidad y sobre todo, examinar el significado de la vida propia.

Fuente:
Sgreccia, E. Anzianità e valori. Ed. Vita e Pensiero. Università Cattolica del sacro Cuore, Milano 1991

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